24/6/09


Aquí estoy, en mi agujero desordenado, detrás de los balcones, regios. Jardín seco. Un día más se repite la misma canción, martirizo a mi vecino con la misma canción; la enfermedad se agita. Y mi cerebro podrido se agita. El exceso de café me agita, y no logro vomitar, aunque quisiera. Arcadas secas, como mi jardín seco. Pero he visto brotes en las ramas secas, y también han germinado las semillas de limón de noches de martini y borrachera barata. Noche de San Juan, mi padre, mi hermano, y mi amigo Juan. Y he quemado unos papeles en mi balcón regio, junto al jardín seco, que no está tan seco como creía.
Quiero vivir en una casa regia, como la casa del amor de la fiesta de la calle Reina, y salir de este agujero desordenado. Y tener un jardín que no esté seco, y plantar allí mis limoneros, y beber martini que no sea barato.
Que alguien me ayude a vomitar, es la noche de San Juan, y se acaba.

21/6/09


Tengo el cerebro podrido. Si cierro los ojos y los aprieto con fuerza, me sale un líquido verde por los oídos. A veces, si tengo el día triste, ese líquido inunda mis lacrimales, y se desliza por el contorno de mi nariz, que es muy bonita, chorreando, goteando por encima del borde de mis labios. Y si saco la punta de la lengua, lo pruebo, porque soy frio y asqueroso. El sabor es repugnante. Sabe a mensajes de otro, a fotos, a videos pornográficos, a frigidez marital, a nicks de un chat gay, a descargas de internet. Regustillo traumático.
Y te atreves a decirme que tengo el cerebro podrido, y que tengo que pedirte disculpas... Esto no me lo cubre la Seguridad Social (gazpacho y zumo de piña).

18/6/09



Si el amor existiera, olería a magnolia, pero el amor no existe. Pero a mí me gustaría que oliese a magnolia...
Déjame emborracharme de Moët Chandon en este banquete solitario, en el que hay tanta gente que me habla y que me recuerda a tí, pero en el que tú no estás. Déjame celebrar este aniversario Doloroso, Santo Caprichoso.
Entrantes, primer plato, segundo plato. Tartas de crema y fresas con champagne francés, como le gustaba a mi abuela. Danzaremos el vals del desamor (uno-dos, uno-dos) para celebrar tu amor, el que le gustaba al abuelo.
Muslitos de perdiz en bandeja de plata. Trece de junio, mesa uno.

11/6/09


Cuentos chinos, de la China. Tú y yo. Y lo demás... Todo lo que nos rodea, lo que ha dejado de rodearnos. Hoy, tus golpes de tós, tus currículos. Tengo ganas de verte, batidos de frutas, el perro verde, la casa de tu hermano. El perro del hortelano. Tus amigos enanos, cotilleos mientras paseamos. Celestina marujona.
Anoche un ciervo perdió una de sus cornamentas. Hoy, desayuno, croissants, polvos italianos, ladrillos y vigas de madera. Troqueles ingleses, compañero de viaje. Barroquismo, exceso, libros. Necesito más metros cuadrados de corazón.
Y para qué, si el amor no existe. Cuentos chinos, de la China. Me duermo.