Una mañana de sol radiante.
Pasó una nube y me preguntó:
"¿Dónde está tu amante?"
El sol se enfadó:
"¡Qué indiscreta, nube cateta!
¿No ves que el chico va embobado?"
Y me lanzó un rayo, indignado.
Yo, que soy de piel clara
Y no me había puesto crema
Aquella mañana,
Me quemé la frente
Mientras pensaba en mi amado.
Y ahora tengo tu nombre, Miguel,
Así tatuado,
En mayúsculas y dorado.